viernes, 4 de junio de 2010

Me convertí en una melómana.


¿Existe una palabra tan mágica como música?

No lo creo.


La música para mí es el arte que respiro, es la vía de escape que me permite viajar sin tener la necesidad de mover mi cuerpo, la que secuestra mis oídos y los encierra en una cápsula abstracta, alimentándome día a día con dulces melodías que acarician la fibra de mi interior.


Al sentir la música, cierro los ojos y me dejo llevar por el desfile de melodías que atraviesan sin permiso mis oídos , dejándome caer en un abismo, dónde abrazo al aire que acaricia suavemente mis mejillas. Mis extremidades reciben el estímulo que me provoca y se sincronizan con el sonido, en ese instante, es dónde me dejo llevar completamente por las composiciones de grandes autores, grandes maestros, admirables por el trabajo que realizan.


Todo este lazo que me conecta con la música nace desde que tengo uso de razón, desde pequeña me crié con ella, siempre he tenido he tenido el bichito de la curiosidad de saber cada día un poco más de ella, sus inicios, estilos, historia, lo que involucra esta extensa palabra.


Cada día me intereso más y más, y sueño con algún día formar mi propia banda, espero algún día alcanzar ese sueño....